martes, 20 de mayo de 2014

Reseña: Fahrenheit 451 de Ray Bradbury

 Tras 1984 y Un mundo feliz  , ya he completado la tríada distópica por excelencia. Tenía muchas ganas de leer estos tres libros, de conocer sus historias, compararlos y entenderlos, y durante este curso lo he conseguido, sobre todo a las lecturas voluntarias de filosofía (Un mundo feliz y este libro entre ellos).

Sinopsis
 Fahrenheit 451: la temperatura a la que el papel se enciende y arde. Guy Montag es un bombero y el trabajo de un bombero es quemar libros, que están prohibidos porque son causa de discordia y sufrimiento. El Sabueso Mecánico del Departamento de Incendios, armado con una letal inyección hipodérmica, escoltado por helicópteros, está preparado para rastrear a los disidentes que aún conservan y leen libros. Como 1984, de George Orwell, como Un mundo feliz, de Aldous Huxley, Fahrenheit 451 describe una civilización occidental esclavizada por los medios, los tranquilizantes y el conformismo. La visión de Bradbury es asombrosamente profética: pantallas de televisión que ocupan paredes y exhiben folletines interactivos; avenidas donde los coches corren a 150 kilómetros por hora persiguiendo a peatones; una población que no escucha otra cosa que una insípida corriente de música y noticias transmitidas por unos diminutos auriculares insertados en las orejas.

 Montag es un bombero y se dedica a quemar libros. Los libros son malos, no sirven para nada, solo nos hacen infelices. Montag es feliz y vive con su mujer, cuya mayor preocupación es la "familia" que vive en la televisión y tener cada vez más pantallas en el salón. Todo el mundo es feliz, todos viven en una actividad continua (deportes, conducir a 150 km/h...) y sin preocupaciones reales.
 Su vida es normal, igual que la de todo el mundo. Pero siempre hay algo que induce al cambio. Clarisse McClellan es su nueva vecina. Le gusta dar paseos por las noches, observar la naturaleza y se hace muchas preguntas. Él no conoce a nadie así, nadie que piense de esa forma (o de ninguna) y qué le haga plantearse preguntas. ¿Por qué ella es así? ¿Acaso es malo, perjudicial? ¿Y los libros, por qué se queman? Muchas preguntas y ninguna respuesta. Las respuestas son peligrosas y más aún buscarlas, aunque ahora Montag se siente inquieto, su trabajo es más complicado de hacer, porque poco a poco está despertando.

Opinión personal
 Una decepción, porque no era para nada lo que me esperaba. Ante todo quiero decir que no es que no me haya gustado, es que pensaba que iba a ser otra cosa. La idea es buenísima, un mundo donde se queman TODOS los libros (en realidad hay una lista, pero como nadie quiere libros por miedo o por desinterés...), una sociedad feliz basada en el entretenimiento inofensivo, un mundo lleno de gente y actividad pero vacío. Ya pero, ¿en qué se basa todo? Pues no sé mucho, no sé qué tipo de gobierno hay, cómo se organiza la sociedad..., vamos, que la descripción del mundo es más bien escasa (con lo que a mí me gustan). Pero además tenemos la sensación de cuento, esa de la que ya os he hablado. Al ser un libro tan corto, es complicado desarrollar la trama, pero es que más bien es escasa, Ray Bradbury se ha querido centrar en el asunto ético, dejando por el camino la que podría haber sido una idea mucho más aprovechable.
 La narración es muy intensa y la historia rápida. Conocemos los pensamientos de Montag en todo momento, vivimos la historia a través de él en tercera persona.
 Aprecio a Montag, aunque no lleguemos a pasar mucho rato con él, al ser el protagonista y haber numerosas reflexiones, llegamos a conocerlo. Es angustioso, horrible ver cómo el personaje despierta ya que, a la vez que él, sientes el engaño en que ha vivido, el sinsentido del mundo y la terrible sensación de todo ello. El resto de personajes también me han gustado. Mildred, la esposa, encaja a la perfección en la sociedad, nos enseña cómo es el ciudadano medio (el único que hay, en realidad). Es el mejor acceso que tenemos al mundo "normal". Beatty, el capitán de los bomberos, es un personaje que verdaderamente me ha encantado, aunque probablemente no debería. Por último, es imposible no mencionar a la maravillosa Clarisse McClellan, aquella mujer que abre los ojos, que vive fuera del sistema, que es diferente.
 De verdad que te hace pensar, que te hace ver hasta dónde podemos llegar, si es que no hemos llegado (la situación puede ser parecida en ciertos aspectos). Por supuesto que merece la pena, nunca diría lo contrario, otra cosa es que los otros sean mejores.


 Está bien

2 comentarios:

  1. ¡Hola! Te nominé a un premio en mi blog: http://lavidaenlaspaginas.blogspot.com.ar/2014/05/liebster-award-10.html
    Si podés pasate, besos.

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