viernes, 11 de septiembre de 2015

Reseña: La Regenta de Leopoldo Alas "Clarín"

Quizás sea raro que una chica de mi edad lea estos libros voluntariamente, sin ningún profesor que la obligue a ello. Pero bueno, lo común no es lo mío, así que de vez en cuando decido leer un libro clásico por gusto. Hay muchos  motivos por los cuales lo hago: ser una persona culta y formada, descubrir la realidad de lo que contaban mis profesores... Aunque el más curioso es que no se muera mi "alma de letras" (ya sabéis, por lo visto las personas tienen que ser o de ciencias o de letras, así que esta es una forma de rendirle homenaje a las letras). Entre todos los clásicos he elegido La Regenta, ¿por qué?? Allá por 3º de E.S.O. tuve yo una profesora que me habló de este libro y otros parecidos, y desde entonces he tenido muchas ganas de leerlo. Finalmente llegó el momento.

Sinopsis
En La Regenta, una de las cumbres de la novela realista, Leopoldo Alas alcanzó a cifrar de forma inolvidable uno de los motivos que obsesionaron a la narrativa europea de la segunda mitad del XIX: el retrato de un carácter femenino que se debate entre el deseo y su represión, y que sufre, en este caso, las asechanzas de un galán y de un cura. La peripecia tiene como trasfondo la magistral y despiadada descripción del entorno de Ana Ozores, esa Vetusta murmuradora y provinciana en la que toda vanidad e hipocresía tienen su asiento. 


Ana Ozores ha tenido una vida bastante dura, a pesar de ser de la aristocracia. Su juventud estuvo llena de penas y ahora vive en el gran caserón de su familia acompañada de su marido, el antiguo regente. Sin embargo, ella no lo ama como debería, no como a un marido. Ella es la chica más hermosa y virtuosa de Vetusta y podría tener a cualquiera, pero siempre se ha mantenido firme en agradecimiento a su esposo, a todo lo que le debe. 

Aunque la vida cambia y aparecen amenazas para la tranquilidad de los Ozores. Alvaro Mesía, el don Juan de Vetusta, decide hacer de Ana su próxima víctima, lo que no será nada fácil. Para ello contará con la ayuda de sus amigos más íntimos, también allegados de la regenta. Pero la lucha por Ana no será nada sencilla, también entra en juego la religión. El joven Magistral acaba de ser nombrado el nuevo confesor de Ana, reviviendo el amor por la religión que ella siempre ha tenido. Por último, Ana se enfrenta a sí misma, a los extremos del misticismo y la pasión adúltera siempre amenazada por sus nervios.

Todo esto se desarrolla en una sociedad de finales del s.XIX, dentro de la aristocracia de un pueblo donde las apariencias lo son todo.

Opinión personal
A mí me gusta leer libros de estos, siempre me siento bien haciéndolo. Es verdad que no enganchan terriblemente como los típicos best-sellers, pero también es verdad que la calidad es diferente.

Concretamente, La Regenta es una novela que me ha encantado. Aunque a veces es demasiado descriptiva, la historia engancha y la narración es bastante ágil gracias a los numerosos diálogos. A lo largo del libro no pasa gran cosa, no demasiados hechos ni aventuras; todo lo importante pasa en la cabeza de nuestros personajes. La psicología de los mismos es muy complicada, sobre todo la de Ana. Es una persona muy inestable y volátil, aunque mientras mantiene una posición consigue ser muy obstinada (hasta que cambia al extremo contrario). Es un personaje que me ha gustado mucho y al que he admirado mucho, porque se mantiene firme ante la tentación y trata de ser el la mejor persona posible (dentro de su moral). Pero claro, no todo me ha gustado... Y mi personaje favorito es el Magistral y el más odiado es Mesía. Odio que Mesía vea a Ana como un trofeo que añadir a su colección y no la quiera por ella como persona. Sin embargo, lo que el Magistral ve en Ana no es malo para nadie (ni para su marido), es su alma, ve en ella un alma elevada y que pueda ser su compañera y amiga. Es cierto que este concepto es algo raro, pero dentro de la dinámica del libro encaja a la perfección. Además el vivió una infancia y juventud muy dura, siempre bajo las órdenes de su madre.

El libro se merece una buena nota, no solo por el libro en sí, si no también porque, a pesar de ser escrito hace más de 100 años, su fama todavía perdura en la actualidad y puede gustar a jóvenes como yo.

 Altamente recomendable